NUESTROS VALORES Y PRINCIPIOS
El compromiso con los hechos y la verdad histórica, jurídica, social y espiritual; solo con la verdad se construye la justicia duradera.
Promovemos el equilibrio entre el deber del Estado y los derechos del ciudadano. Sin justicia no hay paz, ni gobierno legítimo.
Formamos líderes que enfrenten al poder injusto, a la corrupción, que salgan de la ignorancia y de la manipulación política, sin doblegarse ni corromperse.
El estudio riguroso de la ley, el pensamiento crítico y la argumentación sólida son pilares para gobernar con sabiduría y honradez.
PÚBLICA
Todo servidor del Estado debe responder no solo ante la ley, sino ante la conciencia moral de la nación.
Rechazamos todo modelo extranjero que imponga su visión sin respeto a nuestra realidad histórica, cultural y constitucional.
PRINCIPIOS RECTORES
El Estado es una herramienta al servicio del bien común, no un botín de poder.
La política debe ser una ciencia moral al servicio de la verdad, no del oportunismo ni del corrupto.
La ley debe estar subordinada a la justicia, y la justicia a la dignidad humana.
El estadista es un arquitecto del desarrollo económico, no un burócrata corrupto del presente.
La corrupción es traición a la patria, y combatirla es un deber cívico.
Un pueblo educado políticamente es el mayor blindaje contra la tiranía y la corrupción.
El poder sin virtud es una dictadura; el poder con virtud es una verdadera democracia.